¿Qué pasa con el cáncer?
En mi infancia, al igual que en las infancias de una inmensa
mayoría, la enfermedad de moda era el SIDA. Hoy de joven, lo es el
cáncer. El famoso o la famosa que muere nomás lo hace víctima de algún
cáncer.
Se me quedó para siempre en la mente el siguiente motivo
por el cual aparece un cáncer, de los tantos que explican: acumulación
indebida de células.
Factores como el humo de los vehículos y del
cigarrillo, abuso de comidas y bebidas, entre otros, creo que están
siendo desplazados por una idea que, digamos, no cobra fuerza aún o
acaso no lo haga, pero que ya forma parte de la creencia de algunas
personas a medida que pasa el tiempo. Sabemos que la muerte es lo único
sinceramente anárquico y coherente que existe.
Acompañada por la
enfermedad, no respeta a nada ni a nadie. Cuando murió de un cáncer el
ex tecladista de Pink Floyd Richard Wright, hubo gente que cayó en ese
pecado intelectual que reza: “¡Pero qué raro, Inglaterra, un país de
avanzada!”.
El cáncer se halla asesinando a mansalva con mayor
peso que antes. Esa creencia a la que me refería es una duda digna para
que Descartes se revuelque en su tumba con sus ridículas dudas: ¿El
cáncer está en el aire? Si no es el cáncer ¿qué hay en el aire? El aire
sigue descuidándose y puedo decir que no es el mismo aire fresco que
respiraba de niño en 1996.
Volviendo a lo de plagas en boga,
cuando vi en CNN la confesión de seropositivo hecha por el saltador Greg
Louganis, era la época en que todavía fallecían de SIDA personas de
renombre para impacto de un show business soberbio y sin conciencia.
Ahora
ya no estamos en los 80’, en los 90’ ni en los 2000. Pero pareciera ser
que la historia se reitera. Ese mismo negocio del espectáculo por lo
visto no aprendió la lección. El miedo vuelve a sembrarse. Dennis Hopper
cayó en desgracia y Michael Douglas se halla bajo tratamiento. De morir
antes que su sanísimo padre Kirk y éste lo entierre y sobreviva, sería,
a decir de Joaquín Sabina, una broma macabra. Porque la costumbre con
la que se nace en una familia es la del hijo jovial, fuerte y cuerdo
como sucesor del padre viejo y retirado.
Fijándonos en nuestra
jungla, han partido rumbo a lo desconocido enfermos de cáncer como los
colorados Julio César Fanego, Benjamín Maciel Pasotti, Carlos Facetti…
Pienso
que se debería estudiar la posibilidad de que en el aire ocurren cosas.
Como cualquier otro mal, el cáncer dijo presente siempre, sólo que fue
descubierto según la lenta evolución de la ciencia humana. Y los seres
humanos que creen o aparentan ubicarse invulnerables y mejores por
encima del resto, pues, demuestren sinceridad. Si tanto se aman y creen
que no les pasará nada en absoluto, revísense. Aprovechen lo que tienen a
su alcance, a ver si les sirve de algo por si las moscas de repente
caen en su sopa. Mientras, en el anonimato, los del día a día, algunos
comparten merecidamente la culpa de los otros diferentes a ellos, otros
de manera inmerecida. Porque por esos misterios contemporáneos del
destino, el deceso producido por el cáncer es inexplicable. Sea entonces
recomendable no dejar pasar los controles médicos pertinentes.
Autor: José Pablo Frete Yódice, 12 de Marzo de 2011
* Prohibido plagiar
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