Archivo: Escrito el Jueves 11 de Abril de 2013
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Ten electoral
Faltan diez días para que la ciudadanía
habilitada por el Tribunal Superior de Justicia Electoral y las respectivas
leyes electorales elija Presidente, Vicepresidente, senadores, diputados,
gobernadores y concejales departamentales de la República por un período
de cinco años sin reelección.
Tengo diez afirmaciones al respecto:
1 – Las observancias internacionales no
son infalibles. Un preclaro ejemplo de que no garantizan nada fue la elección
de 1993 ganada por Juan Carlos Wasmosy. El ex presidente estadounidense Jimmy
Carter, veedor en aquel entonces, sigue diciendo que fue una victoria justa.
¿Sabrá o no de lo acaecido con Luis María Argaña en las internas coloradas del 92’?
2 – No vota todo el país. Votan las
grandes mayorías. Sí, esas mismas que a lo largo de la historia se mandaron
cagada tras cagada. Aún Paraguay figura entre los países que no superan eso de
que cuando se da ganador o ganadora de la presidencia a alguien, no fue por la
voluntad popular. Porque decir eso es generalizar, hablar desde la boca del
ganso. No todos depositaron su voto por la persona proclamada. Quienes le
votaron tuvieron su génesis de procedencia y pertenencia dentro de las grandes
mayorías. Las minorías, bien gracias.
3 – Creo que el primer paso, si se quiere
llegar al poder, no es seleccionar a un correcto equipo de trabajo, sino
renunciar al subsidio ilegal imperante. El subsidio a partidos y movimientos
políticos va contra lo dispuesto en la Constitución
Nacional vigente desde 1992. Mas una vez más, la coherencia
se mantuvo ausente en los cabecillas de las candidaturas potables. Está dicho
que el interés primario es ganar, vaya a saberse entonces qué posición ocupa el
Paraguay en la real intención que depara a quien resulte triunfante el Domingo
21 de Abril. Ganar nomás… es lamentable. O sea que si pierdo, hago la gran
Pedro Fadul, me vuelvo a mi casa, todo bola al final mis promesas, gracias a
los que me eligieron aunque no haya alcanzado y que se vaya a la puta la gente
que no me eligió. ¿Upéa pio?
4 – Al fin conceden prioridad a personas
incapacitadas por alguna que otra razón para que puedan sufragar sin ayuda.
5 – Me llama la atención esto de pese a
no poseer uno su cédula de identidad o a pesar del horario de cierre en los locales
de votación, igual se permita el acceso a las personas con tal de que no se
queden sin derecho a sufragio. No sería nada nuevo.
6 – Además del vale todo el cual incluye
lo inimaginable de lo inimaginable, no faltará incidente alguno.
7 – Esta elección es impredecible. La
última en serla fue en 2003.
8 – A diferencia de 2008, ahora las
probabilidades de inconformismo e incredulidad se llevan un empate técnico
único sin precedentes.
9 – Persiste la paupérrima mentalidad de
centrar en una sola figura la salvación de la Patria durante 5 años, tiempo demasiado
insuficiente como para cambiarlo todo de raíz.
10 – Si hay algo seguro, como de
costumbre, es que el latrocinio no se detendrá. Sí o sí saldrán casos de
corrupción a la luz en el próximo gobierno. Todos tienen sus cositas. Prometen
el oro y el moro. Concluyen sus funciones y se limitan al ‘hice todo lo que
pude’, ‘no me dejaron’ y demás excusas, reconociendo escasos, escasísimos
errores. Comienzan pidiendo tu voto y luego te piden tu dinero. El mito de
Sísifo es la identidad de nuestro presente y apena bastante.
Autor: José Pablo Frete Yódice
* Prohibido plagiar.
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