Yo ya no sé
qué se puede decir y estoy hablando
qué se puede alentar y estoy pensando
en no sé que figuras desvaídas
en no sé qué quimeras obsoletas
de galopes cayendo hacia la nada.
Y me pongo a cantar pero el sollozo
el sollozo que anuda tu garganta
ese oscuro sollozo que del fondo
sube entre lutos y geranios tristes
para anegarme como a tí en el llanto.
Yo ya no sé
mas quisiera ensayar en diez mil tubos
esta estúpida pugna de ¿hacia donde?
el ultimo clangor de los envites
y huracanar las bambalinas agrias
de este circo del llanto y destrozado.
Tal vez sean las últimas amarras
las flatosas trompetas de un juicio
tócame pues muy loca levemente
dame vino locura y que me importa
y me pondré a vivir e iré muriendo.
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