jueves, 16 de mayo de 2013

Ensayos pasados V

La cifra oficial de la Shoá

La cifra de seis millones de judíos asesinados por el régimen nazi, oficialmente aceptada por casi todos los historiadores, me parece que es una realidad que no necesita de exageraciones por parte de obras de teatro y películas relacionadas al tema en cuestión, porque todo intento de exceder lo que fue real no estará de más. Tal como son descritos los victimarios en cada uno de los testimonios de sobrevivientes del Holocausto, lo que supera los límites de la imaginación es creíble. El punto al cual me refiero, ahora bien, no es comportarme como un negacionista. No es mi intención en absoluto. Aborrezco del negacionismo promovido por neonazis y no nazis como el gobernante iraní Mahmud Ahmadineyad. Quiero decir que la cifra de 6 millones de judíos muertos, también presentada como “algo más de 6 millones de judíos”, es menor a la cantidad aproximada de ocho millones de habitantes judíos de los países europeos que resultaron ocupados por los nazis. Es decir, dos tercios de todos los judíos que residían en Europa en 1939, perecieron. Personalmente pienso que hubo mayor número de víctimas provenientes del judaísmo. Hubo muchísimo más de 6 millones oficialmente corroborados, considerando las masivas comunidades judías existentes en Argentina, Estados Unidos, la Palestina posteriormente convertida en Estado de Israel y otros países de renombre poblacional. El conteo se hizo adecuadamente, mas no fue más abarcativo sino eurocentrista. Se tomó mucho en cuenta a los judíos europeos y no del todo a los judíos de otras partes del mundo que tuvieron parientes, amigos o conocidos de su mismo origen quienes perdieron sus vidas en los campos de concentración. Si hay personas que quieren darse por enterado de este detalle, pues deben hacerse de tiempo y dinero para viajar e informarse a través de supervivientes judíos que no precisamente fueran del Viejo Continente. Mucha gente estará de acuerdo conmigo en que para haber dado a una cifra la condición inobjetable que posee la Shoá, faltó una mayor inclusión. De cualquier modo, no cambiará nada ni siquiera con el aumento de la mencionada cifra. Ni con una mayor inclusión hacia los judíos víctimas y sobrevivientes de otros continentes. La idea de no perdonar y no olvidar todas esas experiencias terribles, de capturar a los últimos nazis vivos con paradero desconocido, concienciar para que no se repita aquel horror que afectó también a gitanos, homosexuales, negros, discapacitados, comunistas, soviéticos, polacos, librepensadores, apolíticos, delincuentes comunes, Testigos de Jehová, pueblos eslavos, arios “contrera”, católicos, otras religiones y un largo etcétera, seguirá teniendo esa obligada esencia dentro de la memoria colectiva del mundo.

Autor: José Pablo Frete Yódice, 9 de Enero de 2012

* Prohibido plagiar

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